Es más fácil expresar los sentimientos y pensamientos en un folio que lanzarlos al aire.

Paris Gris

Desde mi ventana puedo ver toda la ciudad, desde los grandes edificios modernos de un lado de la ciudad hasta las diminutas casitas de las afueras. A la gente no le suele gustar la zona donde vivo. "Demasiado barullo" dicen, y es que en el fondo no tienen ni idea. Ellos no se han asomado a la ventana en mitad de la noche, no se han parado a escuchar los sonidos que hace la ciudad, esos sonidos que te indican que está viva. A lo mejor debería darles la razón sobre el ruido durante el día, pero con el trabajo y las clases no estoy casi en casa. Que tampoco me importa tanto. Cuando vi por primera ves el ático, lo primero en que pensé que me gustaba fue la ventana y las grandiosas vistas que desde ella se observan. Ahora mismo estoy viendo la lluvia caer, y no puedo imaginar nada más hermoso que esto. París con lluvia es más triste, más melancólica, más gris, pero al fin y al cabo París.

Love Never Dies

La sombra de la música le había perseguido por siempre. En todos sus sueños, en todas sus fantasías, siempre estaba él. El Ángel de la música. Las notas que él le había enseñado en el pasado continuaban en su mente, sonando tan claras como en aquel momento. Su vida había cambiado mucho, el tiempo le había recompensado por todas las penurias de su infancia, sin embargo nada podría superar sus tiempos en la Opera. ¿Los echaba de menos? Se podría decir que si, mas bien le echaba de menos a él. Su música, su voz. A veces creía ver una sombra, alguien oculto, que la observaba, pero cuando se giraba nunca había nada. En sus sueños oía su voz, como cuando era pequeña y él le susurraba al oído. No. Ella nunca lo olvidaría. No podría. Él era su ángel, su ángel de la música.


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La lluvia arrastraba el hielo de las tumbas. En el cementerio había un profundo silencio. Hasta el golpeteo de la lluvia era amortiguado. Delante de una ornamentada tumba había una oscura figura, cuya negra capa contrastaba con el blanco mármol de la tumba. 
-Incluso en la muerte somos opuestos. Sigues siendo mi luz estrellada, amor. 
Frente a la figura había un ramo de oscuras rosas rojas, un punto de color entre la imagen monocromática. La enguantada mano del individuo separó una de las flores, rodeándola con trémulos dedos.
- Mi último tributo, Christine. 
Con cuidado depositó la rosa contra la lápida. Una lágrima manchando su triste rostro, una muestra de sus escondidos sentimientos por la soprano. 
- No importa donde esté, donde estés, siempre seré tu ángel de la música. Espérame.
Con estas últimas palabras Erik, un hombre atormentado por la crueldad que había tenido que soportar, se despidió de esa delicada flor. Christine Daae. 

Poema de la Amada

La chica tiene dudas,
pequeñas e indefensas lágrimas
Surcan su cara.
Los dientes marcan sus labios.
¿Es esto amor lo que yo siento?
Se pregunta extrañada.
Será si lo creo, o no lo será.
La chica duerme en su cojín,
espera la primera estrella,
blanca, blanca estrella.
Detrás de la ventana,
en el cristal,
se ve el reflejo de su alma.
¿Esto es amor lo que yo veo?
se pregunta extrañada.
Será si lo creo, o no lo será.